Nuevo Contratiempo: seis mil pesos de censo.
Resuelto el problema de la licencia para fundar convento de madres capuchinas en la ciudad de México apareció otro, que impedía de hecho progresar en la fundación.

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Serio contratiempo: el cabildo niega la licencia para fundar.
Un nuevo problema había surgido: el arzobispo de México, don Alfonso de las Cuevas y Dávalos, sucesor de don Matheo Segade Bugueiro, había fallecido en la ciudad de México mientras las fundadoras estaba aún en Veracruz. Vacante la sede empezaron las dificultades para seguir adelante en la fundación. Dice así sor María de Toledo:

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Sor María de Toledo inicia su crónica trimestral.
Cuando empecé a transcribir las cartas de “las navegantas” halladas en el convento toledano encontré, entre ellas, unos cuadernillos o folios doblados algunos como trípticos.

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Vida de las religiosas en el convento de “La Limpia Concepción”.
Repetidas veces las fundadoras insisten a sus madres de Toledo sobre el hecho de que su vida profesional e interina en el convento ajeno, al que, por cierto, también insisten en su agradecimiento, no las impide aunque tampoco lo facilite llevar su vida religiosa conforme a la Regla y las constituciones, observando el mayor retiro y la práctica de sus rezos y oraciones.

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Cuando el capitán don Simón de Haro reconstruyó el templo, hizo también un gran dormitorio pero admitiéndose mayor número de monjas del que cabía empezaron a comprarse las casas que circundaban el convento entrando a formar parte de él los callejones intermedios.

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