¿Cómo saber si tienes una vocación?
Cuando el corazón arde sin quemarse y renunciar no duele, sino que libera, ahí empieza la llamada de Dios.
Si es así no lo ignores. Dios puede estar llamándote a decir "si".
Clara encontró su hambre de algo más que el poder, el éxito o la fama.
Encontró hambre de sentido, de amor verdadero y de una vida que no se consume, sino que se entrega. Escuchó decir: "Yo soy el pan de Vida" y algo muy profundo empezó a nacer.
En cierta ocasión San Francisco invitó a Santa Clara para compartir una comida sencilla.
Mientras hablaban de Dios, algo cambió y los adelanos vieron un resplandor entre los árboles, pero no era fuego, sino el fuego del Espíritu encendido entre dos almas que buscan a Cristo.
La vocación es un camino de confianza y abandono en Dios, tal y como lo vivió santa Clara de Asís.
Incluso en momentos de escasez, ella confió en la Providencia y Dios multiplicó milagrosamente el pan para alimentar a todas las Hermanas.
La vocación no está exenta de dificultades, sino que es una entrega confiada, sabiendo que el Señor nunca abandona a quienes buscan vivir en Su amor.
A pesar de no haber escrito libros, dado discursos o tener seguidores, vivió un amor tan grande en el silencio de su convento que conmovía al cielo.
Sor María de la Trinidad encontraba a Dios en las tareas diarias; planchar, hacer la comida, y todo lo hacía como una ofrenda de amor.
En medio de la duda y la oscuridad, Sor María de la Trinidad, tuvo un encuentro espiritual inesperado que marcó su vida para siempre.
Aprenemos que Dios sigue hablando hoy, incluso en los momentos de incertidumbre, y que debemos detenernos a escuchar su voz.