Sagrada Familia
Eres persona para dar y lo demás no cuenta. Me encanta que seas así. Pienso que sólo una actitud de ayuda y cercanía a los otros es lo que vale en la vida.
Es verdad que debemos amar siempre, nos caigan bien las personas pero… ya empiezan los peros pues si la persona es cercana, servicial y cariñosa, es como un bálsamo que consuela nuestro corazón.
Cuando llegue esta vez ya estaremos cerca de la Navidad y de la fiesta de la Virgen de la Esperanza. Fiesta clave en la mitad del Adviento, esa Virgen que supo esperar siempre con la certeza de la fe, muchas veces puesta en situaciones difíciles, muy difíciles, pero su fe era y es inquebrantable. Tenía su objetivo claro y se lanzaba sin contar y sin medir. Suele ir vestida de verde y este color la define. Mujer grande en todos los sentidos.
No te olvides de felicitar a todos por la Navidad. Fiesta entrañable y en la que parece que somos mejores. La bondad aflora en nuestro corazón y estamos más alegres y acogedores que el resto del año. Los villancicos nos enternecen sobre todo los que desde pequeños hemos cantado, aquellos que al escucharlos nos traen recuerdos infantiles que nos hicieron vivir la Navidad con un sentido hondo.
Eran fiestas familiares donde estábamos juntos y nuestros vecinos se unían a nosotros con aquella sencillez y deseo de trasmitir felicidad.
Eran felicitaciones nacidas desde el fondo del corazón, con menos cosas éramos más felices. No se pueden comparar tiempos pero ahora la Navidad
se adelanta mucho. Los grandes y pequeños centros comerciales nos bombardean con sus productos y desde el mes de octubre están vendiendo mantecados y demás cosas navideñas.
Cuando llega la verdadera Navidad la gente está empachada de estas cosas. Y para mí, junto con todos los reclamos de modas y demás se pierde un poco el sentido de la Navidad. Olvidamos lo principal que es adorar a todo un Dios que se hace hombre, que pone su tienda con nosotros y que nos mira con amor. Se hace pobre por nosotros y nace en situación precaria como ninguno de nosotros hemos nacido.
La Virgen Madre nos lo entrega. Es lo más valioso que tiene y nos lo da por amor y con amor. También nos mira con amor y desea que veamos en ese Niño pequeño, necesitado de todo como cualquier Niño al Amor de los Amores.
José también, figura entrañable, nos da una lección de silencio meditativo, de aceptación de una realidad que hubiese deseado de otra manera. Sólo pudo ofrecerle al Rey del cielo, al llegar a este mundo un rudo pesebre. Calla y acepta, se sumerge en el misterio. Mira a la Virgen, mira al Niño, mira a los pastores: la sencillez hecha presencia.
También él tiene su “Hágase” como María. Bueno currito vamos a ir terminando pues ya estás en la puerta con tu bicicleta y al parecer tienes prisa. Abrígate que hace mucho frío y en bicicleta más todavía. Saluda a las Hermanas en las distintas comunidades.
Yo me quedo aquí en “GRANÁ” como dicen los granainos. A ver si vienes a conocer esta magnífica maravilla. Dicen que Granada es una verdadera joya y con una solera y encanto especial, ganada a pulso. Yo no la conozco mucho pero te digo lo que dicen: “Que no ha visto “Graná” no ha visto ná”. Así que te espero. Hasta la próxima. Y que sigas con tu alegría y deseo de ayudar.
Tu hermana Paca.