Resurrección
Francisco de Asís, andando por el campo dijo a un hermano que lo acompañaba:
"¿No oyes, Hermano que la creación entera está gritando el Aleluya de Pascua?"
Y es que esto es así. La contemplación de tan preciosa maravilla nos arranca un grito de alegría y admiración.
Sí, ¡Aleluya, porque Cristo ha resucitado!
Pero antes de la Pascua hay un Viernes Santo. Aquél primer Viernes Santo de la historia, cuando la sangre de Cristo cayó sobre nosotros como un bautismo universal, desde ese momento, todos los dolores y la muerte del mundo quedaron redimidas.
Ya no hay muerte ni dolor que no tenga referencia a Cristo. Él ha ido por delante y nos comprende y acoge como nos acogió su bendita Madre, nuestra Virgen María, Corredentora con Él en su pasión.
Encuentro de los dos en la calle de la Amargura, cruce de miradas en silencio, pero cargadas de sentimiento profundo.
Igualmente cuando lo tiene muerto en su regazo, silencio y pena contenida, no culpa a nadie. Nos acoge a todo con corazón de Madre.
Es consciente de que si Hijo ha cumplido su misión y se adhiere a la voluntad del Padre que así lo ha querido.
Dura misión, pero aceptada con amor.
Por todo esto, podemos cantar el Aleluya de Pascua porque en verdad, Cristo ha resucitado y con su claridad nos ilumina a todos.
Saludos. Francisca