Restauración del lienzo "Inmaculada" de Juan de Sevilla
Juan de Sevilla Romero y Escalante, nacido en Granada (1643-1695), se formó primero con Francisco Alonso Arguello, después con Pedro de Moya, y pasó a trabajar con Alonso Cano a partir de 1660. La influencia de su maestro y de los grabados flamencos, especialmente de Rubens, son las características fundamentales de su pintura. A partir de 1674 recibió numerosos encargos para las diferentes Iglesias y conventos de su ciudad, como en el caso del Convento de San Antonio Abad.
La obra tiene como figura central a la Virgen Inmaculada, sobre una media luna, y rodeada de angelitos en gráciles escorzos.
El lienzo es de lino, de ligamento fino de tafetán, compuesto por tres piezas con costuras horizontales. Tanto el lienzo como el bastidor presentaban un deficiente estado de conservación, con varios parches en el anverso y falta de bordes para una buena sujeción. El bastidor endeble y con falta de cuñas tensoras.
La capa de preparación es de color rojizo, y presentaba levantamientos y faltas localizadas, fundamentalmente en zonas de bordes y costuras, con faltas de adhesión entre estratos.
La capa pictórica presentaba faltas coincidentes con las de preparación, así como craquelados propios del envejecimiento de los materiales.
Toda la obra presentaba un barniz oxidado, alterando cromáticamente el conjunto.
El marco, realizado en madera tallada y dorada, presentaba debilidad en las uniones, así como numerosas faltas en capas de preparación y dorado.
Intervención realizada
El tratamiento restaurador ha consistido en tomar una serie de medidas encaminadas a mantener la obra subsanando los desperfectos que puedan distorsionar la legibilidad de la misma. Todos los tratamientos se han llevado a cabo utilizando aquellos productos que afectan lo menos posible a los materiales originales, teniendo todos ellos las propiedades de inocuidad para la obra y poder de reversibilidad facilitando su posible eliminación en tratamientos futuros, si así se requiere.
Las pruebas previas determinaron los métodos y productos más adecuados para cada caso, teniendo en cuenta por un lado, la naturaleza del estrato a retirar y por otro, la técnica pictórica, sus propias circunstancias y la condición de cada zona específica. Por otro lado, en esta delicada intervención es prioritario el respeto que merecen las pátinas de envejecimiento de los distintos materiales y el cuidado en la elección de los productos y técnicas a utilizar, siempre buscando la máxima idoneidad y compatibilidad con respecto a los materiales originales.
Soporte:
En primer lugar se ha realizado una limpieza mecánica del reverso de la obra con brochas de pelo suave y ayuda de aspirador.
Dada la falta de soporte de tela en bordes, se han añadido tiras de un lino de características similares al original, previo fatigado en bastidores, con bordes desflecados y adheridos al lienzo original con resina sintética (Beva 371).
Los parches de intervenciones anteriores se han retirado y sustituido por soldaduras de hilos en el reverso.
Se ha realizado un nuevo bastidor con bordes biselados para evitar su marcado en el lienzo y con cuñas tensoras para una buen atirantamiento.
Capa pictórica:
Para la limpieza de la capa pictórica se procedió a la realización de los test de solubilidad previos para determinar los disolventes más idóneos en este tratamiento. Los resultados de los test nos indicaron la utilización de Dimetil Formamida y White Spirit al 30-70% respectivamente.
Posteriormente, en las faltas de capa de preparación y pictórica se procedió a un estucado de lagunas con estuco tradicional (sulfato cálcico, cola animal y fungicida), enrasándolo posteriormente con la superficie con ayuda de bisturí.
Se ha aplicado una capa de protección antes de la reintegración cromática con objeto de aislar la intervención restauradora de los materiales originales, facilitando que en futuras actuaciones en las que se requieran eliminar las reintegraciones cromáticas, ésta capa facilite dicha eliminación y, a modo de barrera, evite riesgos y actuaciones directas sobre la película original. Se ha aplicado en primer lugar una fina capa de barniz de resina Dammar, cuya respuesta de reversibilidad con el tiempo es conocida, y sobre ésta, una capa de barniz sintético para evitar la oxidación de la misma.
Para la reintegración cromática se ha recurrido a pigmentos al barniz (Maimeri), con acabado mediante técnica de puntillismo. Con este procedimiento se puede integrar a cierta distancia nuestra intervención, siendo reconocible cuando se aprecia a corta distancia, manteniendo de esta manera el respeto por el original al quedar patente la intervención sin llevar a engaños o falsificaciones.
Marco:
Se ha realizado una limpieza de suciedad y barniz oxidado con mezcla de Etanol-Tolueno al 50%. La fijación de estratos se ha llevado a cabo mediante inyección de resina vinílica. En las zonas de faltas de soporte, se ha procedido a su reintegración mediante una resina epoxídica, y posteriormente se han estucado las lagunas.
Para la reintegración de dorado, se aplicó un bol de imprimación y posterior dorado con pan de oro en técnica tradicional y bruñido con piedra de ágata.
Por último, se ha aplicado una capa de protección con barniz sintético y se han colocado flejes para la sujeción del lienzo.