Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 36
De inmediato pasaron varias personas a desaguar la cámara, por lo que se remedió el percance pero no el de sus mojados hábitos que, por no tener otros, fue preciso que se secasen en sus cuerpos:
"... el día de san Buenaventura, la tarde antes estaba sor Clara y sor Teresa en el corredor y dió tan grande golpe el agua que arrancó la tabla donde estaba sentada, fue milagro no echarla al mar. Y a las doce de la noche dió otros con que entró el agua donde estábamos, no pondero la aflición y sólo digo nos pareció el postrero punto de la vida, que no hay más que decir. Llamamos y vinieron aprisa y todo era consolarnos, diciéndonos no era nada y los más señores entraron a quitar el agua".
"Tuvimos tormenta tan grande que parecía la mar llegaba a el cielo y el navío llegaba, daba unos vaivenes muy grandes, no quiero contaros más trabajos que son los regalos, de las capuchinas y así va de regalos".
Igualmente sor Teresa María nos refiere:
"... que la aflición del día de san Buenaventura que fue grande, que a las doce de la noche se nos anegaba la cámara de agua de manera que se entró en algunos de los catres y como estábamos tan malas no nos podíamos socorrer unas a otras. Ya pensábamos que era la postrera. Quedamos de tal manera que en muchos días no pudimos tomar otra cosa sino era una sustancia. Y los vómitos eran tan continuos que en veinte días no pudimos comulgar. Ahora ya sea Dios servido que se puede recibir algunos días a Su Majestad, ese es el mayor consuelo que tenemos. Dios nos le da en todo lo que hubiere de ser de su servicio..."
Emilia Alba (Fundación del convento san Felipe de Jesús de Clarisas Capuchinas en Nueva España)