Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 29
"Llevamos las vistas, que está la mar muy cerca. Algo atemoriza al verla, pero Dios nos ha de ayudar pues nos sacó de nuestro Santo convento para hacer su voluntad. Dicen hay dos mil y cincuenta leguas de agua y después por tierra, ciento y veinte: pero yo siempre me iré acercando más a mis queridas madres y hermanas que sólo por Dios se pudo hacer este apartamiento".
Sor María Felipa a sor Ana María (Cádiz, 12 de junio de 1.665)
¿En qué consistía la flota a las Indias del año 1.665?
Tras la verificación del pasaje por parte de los oficiales de la Casa de Contratación, la flota comenzaba su periplo a cargo del general don José Centeno Ordóñez, caballero de la Orden de Santiago. A parte de las naves Almirante y Capitana, dieciséis galeones componían la flota con las bodegas repletas de bacalo, bizcocho, carne, jamones, barricas de atún, habas, garbanzos, lentejas, arroz...
Las naves al mando habían recibido 80 mosquetes con sus frasquillos y cordones y 25 arcabuces, también con sus frascos y frasquillos, todo ello limpio, en perfecto estado y bien acondicionado, munición de Vizcaya para armar a los soldados, medicinas y adherentes de botica, muy necesarios para estos dos galeones.
Las seis capuchinas en el galeón "Nuestra Señora del Buen Suceso", comandado por el capitán Agustín de Ossa, compartían -como decíamos- media cámara de popa. "Era alojamiento bastante", decía Antonio Izquierdo de Quirós, sin embargo de los tres tipos de cámara que había las hermanas viajaban en la más reducida. En las expediciones era habitual que tres frailes misioneros compartieran media cámara. Las dimensiones eran bien reducidas para unos y otros si tenemos en cuenta que las dimensiones eran tan solo de tres metros por dos y medio. Podemos imaginar el viaje, en la inmensidad del Océano, bajo la merced de sus aguas y en el alojamiento lleno de inclemencias.