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Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 17

Llegada a Córdoba. Primeras cartas a Toledo.

Aquí se encuentran esperándolas sus hermanas capuchinas de este lugar, quienes ya habían sacado el permiso del Señor Obispo para recibirlas. Francisco de Villarreal hizo entrega de las seis religiosas fundadoras que tenía a su cuidado a la madre Abadesa. Ante el cuidado y el amor fraterno y caritativo de las hermanas de dicho convento con sus huéspedes y hermanas muy queridas en el Señor, al día siguiente de su llegada, desapareció la calentura; sobre este hecho escribe Sor Lorenza Bernarda al convento de Toledo. Es la primera carta, al menos de las conocidas y conservadas, que escriben las monjas desde su salida. Aquí pondera la fundadora el comportamiento de Don Francisco de Villarreal a lo largo del camino. Leamos esta carta:

…no le podré decir a vuestra reverencia el cuidado y regalo y sobre todo la religión tan grande con que nos lleva sin desviarse un punto de nosotras y pasando más descomodidades por tenernos en las ventas y posadas cerca de sí. Yo he dicho entre mí, que, si como Cristo, Señor nuestro, manifestó el amor que nos tenía quedándose con nosotros en el Santísimo Sacramento, que o pudo ser mayor; así, a imitación suya, no ha podido dar más muestra este siervo suyo de su amor y caridad. Nuestras hermanas no hacen sino decirme que escribamos lo que pasa, yo digo que es lástima que se escriba sino en el libro de la vida. Ayer llegamos a esta ciudad de Córdoba, al convento de nuestras Santas madres, bien necesitadas del alivio y cuidado que han tenido sus reverencias de nosotras, que ha sido mucho, y más el consuelo que hemos tenido con su compañía, que ha sido bastante a quitarme un poco de calentura que me había dado dos días había del cansancio y de haberme dado un golpe con un clavo del coche yéndose a volcar que fue milagro no sacarme un ojo…” 

Es una lástima que Sor Lorenza Bernarda no hiciese una crónica de cada día del viaje, se hubiera conocido más detalladamente datos muy interesantes. Ella menciona un pequeño accidente que la aconteció con motivo del vuelco del coche, en el que se hirió con un clavo cerca del ojo. No resultaría extraño que el padre confesor  fuera preocupado por el camino,  pues pudo originársele un terrible tétanos…

Sor Marta Leticia

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