Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 7
El 20 de Enero de 1664, llega al convento toledano una carta del capitán don Antonio Izquierdo de Quirós, proveniente de Cádiz en donde notificaba a la madre abadesa, Sor Josefa Lucía, que tiene en su poder los mil pesos, para pagar el pasaje a las Indias.
Elección de las seis capuchinas fundadoras.
Por esas mismas fechas el rey designa por virrey de la Nueva España a Antonio Sebastián de Toledo Salazar, marqués de Mancera, siendo una oportunidad para las futuras fundadoras, fueran a México en su compañía; para que esto fuera posible, se pusieron todos : “manos a la obra”, en primer lugar tenían que solicitar algunas licencias y entre ellas, el permiso del rey, por lo que necesitaban presentarle el nombre de las que habían de ir a fundar, por ello el señor cardenal de Toledo y su consejo, designan a don Francisco de Villarreal, confesor de las monjas, para realizar esta encomienda, este a su vez solicita que también la madre Abadesa, la madre vicaria y la madre Victoria Serafina, hicieran junto con él, dicha elección, sabiendo que era una encomienda muy delicada para acertar correctamente en la elección de las personas.
La comunidad entera se solidarizó para que tuviera éxito esta encomienda de acuerdo a la voluntad Divina, para ello, realizó rígidas penitencias, continuas súplicas y fervorosos ruegos a Dios, para el acierto en la elección de las fundadoras. Quizás algunas orando para que no pensaran en ellas u otras con el deseo de ser una de las elegidas; todo pudo haber sucedido en el pensamiento y en el corazón de cada una de las posibles candidatas, por lo que estaban a la espera de la decisión y elección definitiva: la de Dios.
Se llegó el día de la elección y algo extraordinario sucedió; resulta que cada uno de los cuatro electores, en particular y sin comunicarse, tenían que escribir los nombres de las cinco coristas y una lega, de las que a su juicio vieran más a propósito por su buen espíritu, experiencia, prudencia, salud y edad; ésta última pareció conveniente que fueran relativamente jóvenes para que les diera tiempo de plantar y arraigar su Religión en las nuevas tierras. Hicieron la elección secretamente, y lo maravilloso y sorprendente es que cada uno eligió a las mismas personas, cada uno escribió los mismos nombres, viendo con ello que era una clara manifestación de la voluntad de Dios.
Los nombres fueron los siguientes:
- Por Abadesa, Madre María Felipa Bejarano, natural de Toledo. Pasa a México con 39 años.
- Madre María, natural de Millana (Guadalajara). En el siglo se llamaba Dª. María Fernández de Aragón, de quien nos referimos en un capítulo, si usted querido lector recuerda que era la sobrina de don Julián Fernández, confesor de la comunidad.
- Madre Lorenza Bernarda, natural de Madrid, hija de Miguel de Casasnovas, secretario de los Reales Consejos del rey Felipe IV y de doña María de Moreda. Pasa a México con 43 años.
- Madre Teresa María, natural de Toledo. Pasa a México con 30 años.
- Madre Jacinta Juana, natural de Toledo. Pasa a México con 32 años.
- Sor Clara, lega, natural de la Villa de San Clemente (Cuenca), en la Mancha. Pasa a México con 37 años.
Sor Marta Leticia