Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 98
El templo de un convento es la parte más importante del conjunto monástico y es el centro alrededor del cual se desarrolla la vida de la comunidad religiosa. El templo suele estar abierto a la gente, es público para que el pueblo que así lo quiera pueda asistir al culto.
Pero esto no puede estorbar al recato de una comunidad sujeta a claustra que desde el coro asistirá a las ceremonias religiosas o que pasará muchas horas haciendo oración en él pero sin poder ser “vistas” las religiosas por el pueblo. Estas necesidades llevaron a una forma peculiar en el desarrollo del trazado de estos templos conventuales. Concretamente, en la orden capuchina son de una sola nave y el eje principal es paralelo a una calle o plaza con objeto una buena luz en el interior por una parte y por otra, facilitar el acceso directo de los fieles al templo por su puerta principal abierta a la calle.
En el “San Felipe de Jesús” y en un primer momento la iglesia se dispuso en unos cuartos bajos de la casa de doña Isabel de la Barrera ante la necesidad imperiosa de dar forma de convento cuanto antes a las casas dichas, y de poder inaugurar lo más pronto la fundación capuchina en cuanto fuera posible la vida en clausura de las religiosas. Por esa razón, la primitiva y provisional iglesia del “San Felipe de Jesús”, era de espacio reducido y en su conjunto humilde y sumamente sencillo.