Primera Fundación de Clarisas Capuchinas en México 80
El sueño se ve interrumpido a media noche para acudir al coro, donde rezarán maitines: y, tres días en semana finalizado este rezo harán la disciplina “por ser hora quieta y secreta” mientras cantan un “Miserere”
Dormitorio común. El dormitorio ha de ser común, dividido en pequeñas celdillas, donde apenas tiene cabida el lecho y un cestillo donde colocar velo y toca. Ordena la Regla que “las camas, sean solamente cuatro palmos de ancho, nueve de largo y tres de alto; tendrán una almohada de paja y frazadas para cubrirse y dormirán las hermanas vestidas con el hábito”. La cama se forma con tres tablones sobre pies de hierro, y solamente tienen colchón las camas de la enfermería.
Hábito. El hábito de las capuchinas era en esos tiempos gris-pardo de sayal tosco, túnica interior de lo mismo, velo negro de lana y toca… "de tela común, rústica y grosera, de manera que siempre en ellas resplandezca la santa pobreza y la austeridad de su Profesión". El hábito se ciñe a la cintura con una cuerda de cerda áspera. No calzan los finos chapines de las monjas de “La Limpia Concepción” sino humildes sandalias que ellas mismas remienda. Sólo una media capa de igual paño que el hábito pueden usar para protegerse del frío. Y un crucifijo, sobre el pecho, es todo su adorno.