María Lorenza Longo
Su obra fue imponente y con el tiempo se manifestó muy benéfica y fecunda. El apellido de Longo le viene del marido, (Juan) Longo, como se acostumbraba en aquel tiempo. Este al parecer era de Nápoles.Ya en su juventud, se dice de ella que era prudente y virtuosa y regulaba bien su casa, avisando a sus doncellas, si obraban mal, tanto que una de ellas; una vez decidió envenenarla.
Sucedió que en una fiesta en el baile tenía sed, pidió agua y la malvada sierva, le dio un vaso de agua con veneno; al beberlo resultó quedar envenenada y por más que le dieron remedios jamás pudo quedarse bien del todo. Con ello, quedó grave que no se podía mover. Debido a este mal, que la oprimía y se resistía a toda cura, pensó ir al Santuario de Loreto a pedir a la Virgen la gracia de la curación, al leer el Evangelio en la Misa quedó curada milagrosamente.
El Divino Amor, una fundación que surgió en Nápoles, la hizo entrar en contactos con un Franciscano Capuchino, predicador del Amor Divino, en Génova y que fue muy perseguido por ser forastero. (Según una carta de la hija de Lorenza.) En cuanto perteneciente a los oratorios del Divino Amor, siente la necesidad apremiante de asumir la tarea de la caridad, para tantos enfermos infelices e incurables.
Así, empieza con la fundación del hospital de los Incurables. De María Longo donde atendía a los pobres y enfermos que venían a pedirle limosna.
La noble mujer Catalana, fundó en Nápoles su hospital de Incurables entre muchas persecuciones y sufrimientos para edificarlo, porque durante dos años la perseguían para matar, al no soportar forasteros en la ciudad.
“Una mañana, al dirigirse a Misa, teniendo fijo el pensamiento en su decisión (del hospital) sintió una voz sensible que le decía ¿Amabas a tu marido? ¿A qué viene esta pregunta dijo ella? Si claro contestó. ¿Amas a tus hijos? Indiscutiblemente…” y añadió la voz y ¿por qué no me amas a mí que te he dado tantas gracias? Y se sintió iluminada del Espíritu Santo que le hace tomar una resolución de no dejar jamás la obra.
Pocos años después de la fundación de los Capuchinos. María Longo que hacía tiempo conocía a María Carafa esta estaba ya en el claustro, atraídas por el mismo impulso de restauración religiosa. Emprenden dicha reforma.
María Longo ligada al Franciscanismo, fue la primera en aceptar a los fraile Capuchinos en Nápoles y les consiguió un sitio en S. Efrén, ella les ayudó en los inicios. En la quietud del monasterio, la fundadora del hospital de los Incurables pasó sus últimos años reposando su alma extenuada en la oración y en la formación religiosa de sus hijas (Capuchinas).
Su fin fue turbado por la perspectiva de grandes males que amenazaban en Nápoles a los Capuchinos.
Ofreció su vida por aquellos que estaban más cerca de su corazón.