Campaña de Cuaresma
El Papa Francisco ha dado ayuno, oración y limosna Invirtiendo el orden diría ORACIÓN, ¿Quién no podrá sacar siquiera un cuarto de hora al día en este tiempo, para hablar con Dios?
Me dirán: yo le hablo, le pido, pero no escucho su voz, no escucho su respuesta. Abramos la Biblia o el Evangelio, Jesús con tanto que tenía que hacer en su tiempo, de enseñanza al pueblo, cuando l multitud le seguía le apretujaban y no tenían tiempo ni para comer,…Sin embargo si por el día no podía hablar con su Padre, lo hacía de noche, retirándose a solas para hablar con el Padre. Que oración tan profunda y confiada. Repasemos en estos ratos de oración personal y veamos cómo se habla con Dios, y como nos habla Él, pero para eso tenemos que hacer un poco de espacio, de silencio, porque Dios por lo general no nos habla en el alboroto, en el ruido. Si nos fijamos la oración profunda y verdadera, nace del amor. Si la oración es hablar con Dios, tiene que brotar del amor, para amar hay que conocer, sino conocemos me parece que no puede haber verdadero amor. Y aquí se hace un círculo, no podemos orar, sin amar, y no podemos amar sin conocer, y no conocemos a Dios sin orar, y este círculo tiene siempre el mismo recorrido.
Decimos a veces, si yo rezo, si yo digo a Dios muchas cosas y no me oye. No la oración no es decir muchas cosas. “Jesús dice: Ya sabe mi Padre, lo que necesitáis” Luego quizás será mejor que hagamos, lo que dice San Juan Mª Vianney. Un labrador que por las tardes y cansado se iba la iglesia y se estaba allí mucho rato. Un día el Santo quiso saber qué hacía el hombrecillo allí tanto tiempo y le preguntó: ¿Juan que haces ahí tanto tiempo? Y el labriego le contestó: le miro y EL me mira. Y solo le digo “Señor aquí está Juan”. Pues así nosotros.
Bueno ya que esto lo escribo desde Granada donde en la iglesia de San Antón Jesús está expuesto todo el día, esperando que todos los que pasen por aquí, entren se sienten un ratito tranquilo y digan solo “Señor aquí está X”. Bueno está primera semana de cuaresma, pensemos, que Dios nos espera, nos escucha donde quiera que sea y que nos haría un gran bien el escucharle. La escucha de la Palabra de Dios, nos cambiaría a nosotros, y cambiaría el mundo
Solo en Dios descansa mi alma, porque de El viene mi salvación.
Sí, la salvación no viene di de los gobernantes, ni del dinero. Sino solo del Señor. Dios lleva nuestras cargas es nuestra salvación.
Oremos sin desfallecer, sin cansarnos. Si todos queremos ir al cielo, y el cielo es la felicidad sin fin, esta felicidad total es Dios y estar con Dios.
Empecemos nuestro cielo aquí en la tierra.
CAMPAÑA DE ORACIÓN. ASI SEA
Sor Caridad