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Camino Cuaresmal.... Camino hacia la Pascua

Es fácil caminar, hacer el camino cuaresmal, con un Dios que mira al necesitado, que le entrega su corazón que es lo que significa la Misericordia.
Santo Tomás decía que la grandeza del poder de Dios se manifiesta sobre todo en su Misericordia.
Nuestra meta es la Pascua, pero somos en la medida que caminamos. 
Nuestra naturaleza es historia. Somos tanto naturaleza, como historia. Actualizamos el pasado en el presente, pero cara al futuro.
Nuestra fe no es una teoría unos dogmas, sino que es fe en una persona a la que estamos unidas por el amor.
No cabe duda de que los cuarenta días de la cuaresma, a lo que alude el nombre hacen referencia a los cuarenta años del Éxodo de los Judíos hacia la Tierra Prometida. Fueron años de duro caminar, de gozo esperanzador, de caídas del pueblo, de volverse hacia Dios, protestando siempre de las decisiones de Moisés.
 
El desierto es la imagen del lugar donde uno se preocupa de lo esencial y se despreocupa de lo que no lo es. Es austeridad.
Esta es la austeridad de la cuaresma. No decir no a la comida u otros sacrificios que nos imponemos, sino centrarnos en lo esencial de lo que somos y debemos ser. Es tomar conciencia de nuestra debilidad, para buscar a Dios.
El desierto es el lugar de la manifestación de Dios. Lugar de la escucha a Dios sin ruidos que alteren.
Cristo pasó su cuaresma de cuarenta días y cuarenta noches en el desierto, antes de comenzar su misión. Lo llevó el Espíritu, para orar y discernir como habría de ser su predicación. Como hacer de su vida UN DON  a los hombres.
Pero el desierto no es el fin del camino. En el desierto no nos quedamos .Caminamos tras Cristo para llegar a la Montaña Santa ,el  lugar  de la Presencia de Dios.
No es caminar sólos sino como pueblo. Debamos sentirnos Iglesia en nuestro caminar hacia la Pascua.
No vivimos en oscuridad sino en niebla que ha de ir despejándose, al caminar hacia la luz Pascual.
La Pascua ilumina nuestro camino. El inicio de la Vigilia Pascual es la bendición del fuego y la luz. El Cirio Pascual es el signo de Cristo, nuestra Luz.
El cristiano siempre se termina en el gozo. Lo peculiar de nuestra vida, desde la perspectiva cristiana, tiene un final feliz. Es la gran enseñanza de la Pascua.
Cristo es el superador de la persecución, que desemboca en la Pasión y la Muerte.
La Pascua es el triunfo del Bien encarnado en Cristo. Es la proclamación del gozo de vivir, como camino hacia el triunfo definitivo, a pesar de los tropiezos y lo duro del camino a veces.
 
Saludos para todos;
Sor Francisca
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